miércoles, 3 de junio de 2015

Nana - Iratxo- Amor y Otras Guerras, 2013

[...]
No vueles aún,
queda un sueño que cumplir,  
Y con la luz todo se tuerce,  
Y abrázate a mí, en la oscuridad. 


[...] 
Se remueven cielo y tierra,
y las carcajadas retumban
en los muros que se inventan las estrellas,
que frenan la alegría de una luna consentida,
donde habitan, cada noche,
tú, tu pelo y tus pupilas.  

Esa gracia al andar desnuda, por la vida.
Esa gracia al andar desnuda por mi vida.




https://www.youtube.com/watch?v=fDmAumqmAiw

martes, 17 de diciembre de 2013

Homo sapiens sapiens

Llevo un tiempo planteándome mi alejamiento de las redes sociales. Ya abandoné Tuenti, primero; Twitter vino después... Y la verdad es que, seriamente, estoy sopesando mandar con los anteriores a Facebook. Lo que ocurre es que a veces me encuentro maravillas como ésta.

He encontrado este vídeo por Internet, y la verdad es que me gustaría tener tiempo para indagar en la BIOLOGÍA, con mayúsculas, para "dar en los hocicos" (expresión valdepeñera) a más de un listo y lista que hay por ahí sueltos. Que además no sois pocos (ya sabéis eso que pienso acerca de la no peligrosidad de extinción de los imbéciles; es más, aquí y ahora me atrevo a decir que estáis en vuestra época evolutiva de máximo esplendor). Qué pena que tal hecho no esté aún a mi altura y, quién sabe, si algún día podrá estarlo. Espero llegar a ser una gran bióloga que rebata, al menos, una de tantas barbaridades que decís.

Yo, al igual que le pasa a mucha gente, de la misa no sé la mitad, y a veces cometo el grave error de hablar sin saber bien de lo que estoy hablando, simplemente por tener una vaga idea. Pero este maravilloso vídeo ha despertado en mí esa mariposilla de la crítica que (espero) todos llevamos dentro.

Desconozco la historia del lenguaje y todo lo que pueda revolotear en torno a ello; desconozco también las miles de millones de teorías que deben existir en torno a la Psicología Infantil, Adulta, o la del Último Pelo que se le cayó a mi Vecino antes de quedarse calvo; tampoco soy conocedora de qué es lo que estabiliza una sociedad. Vamos, que tan siquiera sé qué es una sociedad estable. En resumen, que no sé na de na.

Sólo creo profunda y momentáneamente (hay cosas que no se saben ciertamente, y es mejor decir que se creen en el instante t, que afirmarlas hasta la muerte) que, como seres humanos potencialmente mutables, variables y complejos que somos, deberíamos pensar que la vida no es como a unos cuantos que se auto-definen como expertos en la materia, más sabios por viejos que por diablos, y otras tantas justificaciones más, se les planta en los cajones

En el vídeo se dice textualmente "¿Por qué los gobiernos promocionan el matrimonio entre un hombre y una mujer? [...] Es por la perpetuación y estabilización de la sociedad". Vamos a ver, muchos de estos conceptos (sociedad, matrimonio natural...) los hemos inventado los seres humanos. Así que ya de por sí, de natural y de Pachamama, nada de nada. El matrimonio como tal es un invento social, también, y permitir un matrimonio homosexual o no también sería un invento (o como quiera llamársele) de los mismos. 

En otra ocasión: "Cuando se trata del comportamiento de sus ciudadanos, el gobierno tiene solamente tres opciones: - Promover, - Permitir, - Prohibir. Por ejemplo, el Gobierno promueve el trabajo policial, permite la mayoría de oficios pero prohibe tráfico de drogas. ¿Por qué? ̶ muy bien, se lo cuestionan ̶ . Porque el tráfico de drogas daña a la sociedad, mientras que el trabajo policial puede beneficiar a la sociedad. Bien, en estas últimas afirmaciones no existe un por qué. Pero es que además, me parece chistoso (sí, vamos, que me da la risa, aunque sea la risa floja), que diga dubitativamente (con duda) que el trabajo policial pueda beneficiar a la sociedad, es decir, que ponga en duda que en ocasiones beneficie y en otras no (como cuando se lían a dar palos y a empujar a ancianos en vez de usar otros medios, usando la violencia) y que, sin embargo, afirme rotundamente que el tráfico de drogas perjudica a la sociedad, y no aportando justificación en ninguna de los dos casos. Vamos, que cuando tienen "argumentos", sueltan la proposición; y cuando no los tienen, ¡pues también, oiga!

Pero es que si ya hay algo en ese vídeo que me produce risa es en uno de los enunciados, concretamente en el número 2 que aparece en el minuto 1:16: "Los niños criados en casas con matrimonios naturales tienen 6 veces menos posibilidades de suicidarse, la mitad de quedarse embarazadas fuera del matrimonio y de abandonar los estudios". Pero madre mía, ¡¡qué argumentos son esos!! A ver, yo quiero ver estudios que afirmen eso, pruebas... Llego a este punto y es que tengo que defecarme en lo defecable, porque me dilatáis las venas hasta cabrearme. ¿Qué decís de que un niño en un matrimonio natural tiene 6 veces menos de posibilidad de suicidarse? ¿De verdad sabéis de lo que estáis hablando? ¿Habéis ido casa por casa preguntando a los niños si se suicidarían? o, tal vez, ¿habéis ido casa por casa de aquellos niños que se han suicidado para comprobar que sus padres eran heterosexuales u homosexuales? 

Que alguien me diga que esos datos son inventados porque yo no quiero saber cómo lo habéis hecho. ¿De verdad las niñas en un matrimonio natural se quedan menos embarazadas fuera del matrimonio? La verdad es que yo conozco pocos casos de niñas o mujeres que han tenido un hijo fuera del matrimonio, y la verdad es que todas ellas tienen un padre y una madre. Y en cuanto a la tasa de abandono escolar ya... es que por entonces tengo el pañal puesto porque me estoy desorinando de la risa; pero la de la risa floja que me da al ver en qué mierda de Mundo (ya no de País) vivo. Ya lo dije una vez y lo vuelvo a repetir: ojalá hubiera nacido perro y entonces no tendría que escuchar, ni ver las barbaridades que soltáis. Pero tanto unos como otros: los que estáis a favor del aborto, los que estáis en contra; los que sois del pepé, los que sois del pesoe, los que creéis que soy igual que vosotros porque escucho lo que vosotros, los que creéis que soy una radical porque voy a manifestaciones y los que creéis que soy una cobarde por no querer liarla en las mismas. Hasta los mismísimos estoy ya de tanto listo. 

No lo he buscado en ningún libro, no me lo ha dicho nadie, no he investigado durante años... Sólo es el producto de mucho tiempo rondando la idea en mi cabeza: sopesar se llama el ejercicio. Yo no creo que el suicidio, el abandono escolar, o todo lo demás que se comenta en el vídeo (y, en general, lo que se comenta en la sociedad), sea dependiente de la heterosexualidad u homosexualidad de las personas, o de otra particularidad de cada uno. Sino del ser humano en sí. 

Miren, hay seres humanos buenos, los hay malos; otros son pesimistas en contraposición con los optimistas; otros son hombres y les gustan las mujeres, y otros son hombres y les gustan los hombres; otros son empáticos (adjetivo recientemente añadido en la RAE) y otros egoístas.

Pero creo que, al fin y al cabo, un buen funcionamiento de la sociedad y, en última instancia, la felicidad, es resultado de la acción de buenas personas, y no de homosexuales o heterosexuales (por no salirme mucho del tema). Es decir, de cómo somos las personas, de cuántas arrobas de madurez vamos consiguiendo con el paso del tiempo, de cuán bondadosos y justos somos.

Y si habéis llegado hasta aquí, yo que me alegro, porque si no no habréis entendido (y aún así dudo que lo hayáis hecho), lo que quería expresar. Y además, invito a que escribáis lo que queráis, y que si tenéis algo que opinar al respecto, lo expreséis: os estaré eternamente agradecida.

jueves, 10 de enero de 2013

Señor...


Bajo esta luz que me ayuda a concentrarme en lo que ahora acontece, permanezco escuchando esa música que escuchaba de pequeña. Mi padre la ha llevado en su coche desde que lo recuerdo. En su primer coche, en el segundo, en el tercero…
A mí me gustaba escuchar esas melancólicas canciones de desamor y angustia por la vida. Yo, que por entonces tendría unos siete años —y un año más tarde ocho, y dos más diez, y así hasta ahora— ni sabía de amor ni de lo que la vida iba y sigue yendo. Pero me gustaba, me encantaba. Disfrutaba mirando por la ventana mientras los árboles, los quitamiedos, lo de fuera viajaba a otra parte. Yo siempre viajaba acompañada de la misma melodía. Yo no parecía cambiar de lugar, ni de ambiente. Me emocionaba pensar que mi vida estaba reflejada en esas canciones, en esos acordes de guitarra eléctrica, en esas voces andaluzas. 



lunes, 7 de mayo de 2012

Los que no están. Lo que no está.


Una etapa de tu vida se cierra y, dependiendo de cómo la hayas vivido, hay veces que lo único que pretendes es que permanezca en el recuerdo por siempre. A veces lo haces para conservarla; otras para dejarla en el olvido. La cuestión es que uno puede guardar en cajas aquello que quiere hacer desaparecer de su vista. Puede guardarlo en un trastero, el garaje, o cualquier habitación con polvo y trastos viejos. Pero no nos engañemos: es imposible guardar lo que no se puede guardar, lo que no se deja; tu mente no te permite almacenar como objeto lo que no lo es. 

miércoles, 8 de junio de 2011

Del cajón de-sastre

Conocer está al alcance de todo el que busca; encontrar, al de todo el que se esfuerza; y saber, al del que encuentra lo necesario para ser feliz. Pero ser sabio... No, intentar ser sabio no está al alcance de cualquiera que busque, ni de cualquiera que encuentre; ¡ni siquiera del que haya obtenido inteligente y práctico resultado de búsqueda!. Que llueva hacia el cielo, porque después de todo ser sabio es eso, imposible (a lo infinito es mejor ponerle la meta en el intento), consiste en interiorizar ese resultado en la propia vida, y saber aprovecharlo con la razón (en todos sus sentidos). ¡Y cómo cuesta! Ya se ve si cuesta. Una vida entera. ¿Y se consigue?
                           El búho, símbolo de la sabiduría.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Carta de desahogo.

Querido político:
           
Me dirijo a usted sin importarme cuál es su nombre, ni su partido político, ni su ideología –si es que la tiene–. ¿El motivo? Su ignorancia. Y su indiferencia.
Intentaré ser lo más clara posible. Me llega a mis oídos una noticia que, no familiarmente, sino humanamente, me afecta. Y no sabe usted cuánto.


Un muchacho tiene un hijo de ocho años. Y una mujer joven y con ganas de vivir. No tiene trabajo y se encuentra desesperado. ¿Se encuentra? No, señor. Ese hombre no se encuentra desesperado; ya no. Ese hombre, ser vivo y ser humano, ¡como usted, fíjese! Tenía un hijo de ocho años. Tenía una mujer joven con ganas de vivir; ya no las tiene. No tenía trabajo. Pero, ¿sabe usted por qué, cuando hablo de él, ya no conjugo sus acciones en presente? Porque se ha quitado la vida, señor. Muy desesperado, ¡y muy hundido! debe encontrase un hombre para creer, hasta acabar consigo mismo, que no puede salir hacia delante.
¿Le afecta, señor? ¿O mientras lee este andrajo de escrito está pendiente de otros asuntos? Yo sé que es usted un señor ocupado, de ello no tengo duda, señor. Ingeniárselas para robar a un conjunto, como es la sociedad, y que casi nadie se dé cuenta de ello, ¡debe de llevar mucho tiempo planearlo! Pero usted no se ve hundido, ¿verdad, señor? Lo ajeno, lo demás... ¿le importa, señor?
No le acuso de ser el culpable de que ese hombre, por no tener trabajo, haya decidido trasplantarse de esta Tierra injusta, donde le ha tocado brotar, a otra... Sólamente me gustaría que, por un momento, cuando tenga usted tiempo, por ''su-puesto'', imaginara ser ese padre que no supiera cómo alimentar a su familia y una de las ''soluciones'' que le rondaran por la cabeza fuera quitarse la vida.
¿Le gustaría morir, señor? (Seré atrevida por contestar por usted, pero tampoco creo que pase nada; usted lo hace por mí la mayoría de las veces). No, señor, no creo que usted quisiera morir.
Permítame usted, pues, ser más atrevida aún: tampoco él hubiera querido morir. Pero ese hombre no fue un señor político y la situación que aconteció no le tocó vivirla como espectador, sino como protagonista de la historia.

Es usted quien mira a su alrededor y piensa estar viendo a actores haciendo su papel. Es usted quien disfruta derrochando mientras hay personas (vuelvo a repetir, como usted), que derrochan lo más importante que puede tener el ser ''vivo'': la vida. ¿Por que no le hace falta, señor? Más bien porque le falta, pienso yo. 
                                            
                                                                                         Sin más, atentamente una persona que llora, no por lo que le parece, sino por lo que es (a pesar de quien no lo quiera ver).

viernes, 29 de abril de 2011

''Paso suicida''

[Escuchando de fondo el baile de palabras que me llevan lejos... Ha vuelto. Y no me ha decepcionado. Al contrario, cuando creía que podía decaer... llega. Llegas.]



Ayer entré en el despacho de mi padre y, curioso, me dispuse a buscar algo. Y digo algo porque, en realidad, no pretendía dar con un algo concreto. No me gusta dar con las cosas por búsqueda activa, sino que soy más de los que los hallazgos pasivos lo entusiasman más. Tras un rato merodeando, encontré algo que yo sabía que mis padres guardaban allí, pero en lo cual, hasta el momento, no había estado interesado en redescubrir.

Lo que encontré allí fue cintas de música. Sí, de esas que tenían dos agujeros pequeños, no más grandes que un paquete de tabaco. Recuerdo que por esos orificios uno podía introducir sus dedos de niño pequeño (mi padre, con sus dedos hinchados y muy trabajados, no podía hacerlo) y hacer girar la rueda. Girarla hasta un tope.Y después girar hacia el otro lado y ''rebobinar''. Si vivir fuera poder adelantar y atrasar acontecimientos a gusto del señor dedo índice...

Entre los ejemplares que encontré, estaban algunas de Manolo García, Mecano... Y fue entonces cuando imaginé a mis padres, de jóvenes. Y a sus amigos, vivos y ya no vivos; a los hijos pequeños de sus amigos, que ahora también son grandes, como yo, y también son los míos... El vello de mis brazos se levanta y hace reverencia a esos recuerdos. ¡Y qué grandes recuerdos!... y qué lejanos e inalcanzables.

Decidí llevarme aquellas cintas de aquel lugar, escondido y olvidado, y guardarlas yo mismo. Pensé que, cuando mis padres algún día fueran viejos, y sintieran que no tienen ganas de vivir, les pondría esa música. Les devolvería sus años felices, su juventud; les devolvería a sus amigos; la infancia de sus hijos. Cuando su cara haya sido invadida por los surcos de la vejez, me gustaría poder verlos sonreír evocando qué fueron, qué vivieron... Aunque entonces sólo puedan hacerlo con la mirada.

Me alegra saber que el Mundo avanza, y la ciencia y la tecnología con él. Pero me entristece pensar que mis hijos no me sorprenderán con una de esas cintas que guardan música. Y amores. Y muertes. Y sonrisas...

Y lágrimas.